LA PÉRDIDA DE POBLACIÓN EN ESPAÑA POR LA CRISIS ECONÓMICA

Se intensifica la caída de la población en España, que vuelve a perder habitantes por segundo año consecutivo. En 2013 el número de habitantes en el país disminuyó en 220.130 personas y se situó en 46.507.760 a 1 de enero de 2014. El número de habitantes cayó en todas las comunidades autónomas, salvo en Baleares y Canarias, donde creció ligeramente, así como en la ciudad autónoma de Melilla. La caída de la población es superior en 2013 que en 2012, año en el que España perdió 162.390 personas, un 0,19%. Según los datos provisionales que ha ofrecido este lunes el Instituto Nacional de Estadística en su Estadística de Migraciones 2013, la bajada de la población residente en el país es de un 0,47%. Según el INE, en España hay menos población porque se marcharon 256.849 personas más de las que llegaron a España. Esta cifra quedó un poco mitigada porque el saldo vegetativo -nacimientos menos defunciones- fue positivo (36.719 personas). La mayor pérdida poblacional, en términos absolutos, se ha producido entre los jóvenes. A lo largo del año pasado cayó un 3,1% la población entre 15 y 39 años de edad (477.851 personas menos). También se redujo un 4,2%, en 102.358, la cantidad de niños menores de cinco años. No obstante, decreció igualmente el grupo de 75 a 79 años (un 4,24%), por la llegada a esas edades de las generaciones nacidas durante la Guerra Civil, más reducidas. El flujo migratorio hacia el exterior se intensificó a lo largo del año 2013, cuando 547.890 personas abandonaron España con destino al extranjero (un 22,7% más), mientras que las personas que establecieron su residencia en el país bajó un 4,3% respecto al año anterior, hasta situarse en 291.041. De esta forma, durante 2013 España registró un saldo migratorio negativo de 256.849 personas, un 80,2% mayor que en 2012. En el caso de los españoles, durante el año emigraron 79.306 personas, un 38,5% más que en 2013, cuando se fueron del país 57.267. Los españoles que retornaron fueron 33.393 -un dato similar al de 2013, cuando fue de 31.565 personas-. De esta forma el saldo migratorio negativo casi se duplica y se sitúa en 45.913 personas. De los españoles que se marcharon al extranjero, dos de cada tres (52.160) habían nacido en España. El grupo más amplio de españoles se fue a Ecuador (10.163), Reino Unido (8.220), Francia (7.749), Alemania (7.047), Estados Unidos (5.807), Suiza (3.714), Colombia (3.240), Venezuela (3.166), Bélgica (2.685) y Argentina (2.652), principalmente. No obstante, el perfil de los emigrados varía dependiendo del destino. En el caso de Ecuador, se trata fundamentalmente de población no nacida en España o menores de 15 años, es decir, un movimiento de retorno. Esta circunstancia fue similar en la emigración a Colombia (1.428 de los 3.240 emigrantes eran nacidos en España), Venezuela (1.393 de 3.166) y Argentina (1.269 de 2.652). La mayor parte de los españoles que se marcharon eran hombres (53,7%). Por edades, se observa que la emigración se concentra en los grupos de 20 a 49 años y en los menores de cuatro años, según el INE. Del total de la población residente en el país, 4.676.022 eran extranjeros, casi 400.000 menos. La caída del 7,8% del número de extranjeros se explica sobre todo, según el INE, por la adquisición de la nacionalidad española de 230.581 personas. El resto se justifica por la emigración, según Estadística. Por nacionalidades, el mayor descenso en términos absolutos se produjo entre la población ecuatoriana (56.466) y la colombiana (50.772). En términos relativos, la caída fue mayor entre peruanos (-23,76%), colombianos (-22,75%), bolivianos (-22,22%) y ecuatorianos (-20,96%). La reducción de población ha sido generalizada en todo el país, con los mayores descensos relativos en La Rioja (-1,20%), Cataluña (-0,92%) y Castilla y León (-0,90%). En términos absolutos perdieron más habitantes en Cataluña (69.052), Madrid (46.003) y Comunidad Valenciana (23.990). Solo aumentó el número de habitantes en Baleares (0,47%), Melilla (0,06%) y Canarias (0,46%), la única comunidad autónoma, además, que tuvo saldo migratorio positivo el año pasado.